jueves, 20 de agosto de 2009

Dejar el latín

Antes de que Oviedo viniera a las Indias, ya Bembo le había dicho a Ferrara que las nuevas historias del mundo merecían ser contadas en una lengua nueva, "No contemos en latín las luchas presentes", le dijo, "pues los lectores hablan ya otras lenguas." Y no sólo las guerras y los descubrimientos, sino el amor mismo y sus milagros deberían cantarse en lenguas vulgares. Dante lo entendió primero que nadie, y describio los reinos infernales y las terrazas de lamentos, y el encuentro con Beatriz en los ojos de Dios, no en el latín de Virgilio o de Catulo, sino en la lengua de los corrales y los mercados. Ya no intentamos acercar la divinidad a la vida, sino mostrar que lo divino reposa en ella para siempre.

El país de la canela. Editorial Norma. p. 292.

jueves, 21 de mayo de 2009

Las lenguas nativas, la fuerza bruta



Hace unos meses hablaba con un conocido catalán acerca de las lenguas coloniales. Visitábamos el Museu Etnològic y me contaba cómo sus padres habían emigrado a Venezuela durante el franquismo. En su opinión, Cataluña había sufrido la misma colonización lingüística que América. No hay duda. La cuestión es que las lenguas minoritarias no son únicamente eso, detrás, hay una cultura, una comunidad; una manera de vivir que se mantiene con la lengua. Y el principal temor de estas comunidades es que con la lengua, se pierda su cultura. Pero me pregunto si basta solo una colonización lingüística, para que se pierda la cultura.

En América, antes que la lengua, se utilizó la violencia para cambiar el orden de las cosas. De hecho, muchos conquistadores aprendieron las lenguas de los indígenas o entrenaban traductores para entenderse con los pobladores nativos e imponer su voluntad. Así como sucedió con el franquismo y su intento de unificar un territorio diverso culturalmente.

El uso de la fuerza sigue siendo, cientos de años después, en América, el principal enemigo de las minorías lingüísticas. En Colombia este absurdo continúa; comunidades como los Nukak -Maku, conocidos mundialmente hace décadas por ser uno de los últimos grupos indígenas nómadas que mantenían su cultura y su lengua, alejadas de la influencia occidental, están muriendo por la fuerza bruta, por la violencia. Es así como se pierde una lengua,y todo el patrimonio cultural que viene detrás. Si esto no ocurre, estoy segura de que el ser humano es tan perseverante con sus raíces como para mantener aquello que siempre ha sido suyo y que lo hace ser quien es.

Hace un par de semanas se celebraba en Colombia la Fiesta de las Lenguas Nativas. ¿Qué se celebraba? ¿La sobrevivencia de las lenguas nativas? ¿Se felicitaba el empeño con que los grupos indígenas mantenían su tradición lingüística?

La Constitución de 1991, la que se quiere reformar en el presente obra y gracia del Señor Presidente, confirma la diversidad cultural del país, dice respetar las lenguas y las culturas presentes en el territorio nacional. El luto cultural que la Seguridad Democrática, el programa bandera de las dos últimas administraciones, y que parece será de la tercera si el país sigue de fiesta, quiere ocultar bajo eventos tan espurios como el de la Fiesta de las Lenguas Nativas, una colonización absurda en la cual ya no es ni siquiera claro, qué tipo de lengua y qué tipo de cultura es la que se está imponiendo.


Hoy en día, como hace quinientos, seiscientos, setecientos años y más, el verdadero enemigo de las lenguas y de las culturas sigue siendo la violencia en sus múltiples formas: odio, discriminación, prejuicio, y claro, la fuerza bruta. La mayoría, si no todas, las comunidades invitadas a la celebración de las fiestas nativas viven en alguna o en todas las condiciones de violencia que la imaginación alcanza y la realidad confirma. Es así como los Estados, siempre inventan una fiesta para ocultar un luto. O una ley que nunca llega a la práctica. Ocurrió a finales del siglo XIX, cuando el presidente Pedro Alcántara Herrán creó un decreto para promover la enseñanza y la traducción de las lenguas modernas, el inglés y el francés, y la lengua indígena que tuviera más importancia para el país. Vaya tarea la de escoger "la lengua indígena más importante para el país". A veces algo, es peor que nada. Y la cuestión es, que cada vez que pienso en Cataluña y las discusiones sobre el temor de que la lengua se pierda, no lo veo viable, es cierto que es preciso que se aliente a las nuevas generaciones a que la estudien, la hablen y la escriban. Pero hay que alentar la tolerancia y la convivencia con otras lenguas, con el castellano mismo. A quien hay que temer es a la violencia, cuya apariencia goza de mil trajes.






jueves, 5 de marzo de 2009

quién es mejor que quién

Hace unas semanas comencé a estudiar catalán. Hace dos años que vivo en Barcelona y no había logrado tener ni el tiempo ni la motivación suficiente para hacerlo. Quizá porque cuando apliqué desde Bogotá para hacer un máster de Traducción aquí, no me comunicaron que iba a tener clases en esta lengua y cuando llegué a la Universidad la persona que me dio las indicaciones sobre lo que debía hacer me habló en una lengua que no había escuchado antes sin compasión alguna. Haciendo acopio de mi memoria y la destreza mental que uno logra tener después de haber cruzado el océano y desafiado las zonas horarias, logré identificar palabras que me sonaban parecidas al castellano, al francés y al italiano. Había otras tantas que se perdían en el jetlag inevitable. Después transcurrieron las semanas y los meses, tenía clases enteras en catalán, que para mí eran más un desafío a la interpretación por contexto que una experiencia de aprendizaje cabal de contenidos nuevos.

En el máster tenía compañeras taiwanesas en la misma situación, o peor. Ellas venían de estudiar una filología española que solo contenía castellano, vaya qué extraño. Sospechoso. Tan sospechoso como que en las ex-colonias españolas no haya un instituto que reúna y enseñe las lenguas oficiales del país. Luego pensaba cómo sería de interesante tener un instituto que enseñara catalán, gallego y euskera en Colombia. Claro, la gente se preguntaría allá para qué córchos necesitan aprender gallego si van a España, a su "madre patria". Tremenda sorpresa la que nos llevamos todos cuando al llegar a esta anhelada noble cuna sentimos cómo le cuesta vernos como hijos legítimos. La verdad es que no lo somos, nunca lo fuimos ni lo seremos. Y eso tampoco está mal. Ojalá fuéramos más que legítimos, libres... pero eso es otra historia.

-Ahora se me cruzan un par de imágenes que no puedo olvidar y espero que no me invadan los sueños. Se trata de las redadas que hacen policías de civil para "pescar" inmigrantes sin papeles. He visto dos, una en Plaza Cataluña y otra en la línea roja del metro. Los objetivos eran adultos suramericanos, les pedían su documentación, su permiso para estar en España. Ellos nerviosos buscaban su pasaporte o su NIE. Tan de prisa como iba alcancé a darme cuenta de las escenas, alcancé a ver las caras asustadas de los perseguidos y sus perseguidores. Seguí de largo con tristeza y con rabia. Es difícil pensar que la historia no cambia. Aquí o allá, no cambia-.

Continúo. La cuestión es que con el transcurrir de los días (años) y mi interés por las lenguas y mi curiosidad por las palabras, contra viento y marea, y con el apoyo moral de Santi, comencé mis clases de catalán. Para esto tuve que vencer aquel asomo de furia tras perderme los contenidos de las clases que más valían la pena del máster, y olvidar las peleas autonómicas e idependentistas de los extremistas de la lengua y las costumbres que tanto daño hacen en cualquier país, desde cualquier credo y razón social. Las lenguas son algo bello que construye el ser humano, y desde que escuché palabras como "celístia", con la que los catalanes de otrora describían la claridad de las estrellas del cielo, estaba segura de que me toparía con otras maravillas como esa.

A lo que viene esta entrada sin embargo, es a una anécdota que sucedió en una de mis clases. Había una discusión acerca del léxico del castellano que se utiliza en Latinoamérica y el que se utiliza en España. La cuestión era cuál era mejor que cuál. Tema que degenera casi siempre en quién es mejor que quién. Eterna discusión, algo de nunca acabar. Además de que una cosa sea la lengua hablada, y otra la lengua escrita, cuando se trata de ser dogmático el agua se hace turbia y los humores toman malos olores. Las lenguas son como los seres humanos, se mueven, viajan, se mezclan,se juntan, se desajustan, nacen, mueren y renacen. De verdad están muy vivas y el tiempo les pasa para bien.

Ya no recuerdo sobre qué palabra discutían en clase. Lo cierto es que los ánimos se caldearon y me dio algo de tristeza. No puede ser (aunque así es) que todavía se crea en la Santa Madre Iglesia y en los Institutos que norman las lenguas con la fe ciega que hace alzar el tono de la voz y dar una palmada brusca en la mesa. Ahí si que "apague y vámonos".

viernes, 2 de enero de 2009

Seminario Poéticas de la traducción

Los días martes 18, miércoles 19 y noviembre 20 de 2008 tuvo lugar en la Biblioteca Nacional de Colombia, el Seminario Poéticas de la traducción convocado por el Comité de Investigación y Creación del Departamento de Humanidades y Literatura de la Universidad de los Andes.

El objetivo del Seminario era plantear una reflexión acerca del oficio del traductor a partir de diferentes aproximaciones. En el Seminario, la tarea traductora se abordó como una práctica cultural en la que convergen la poesía, la historia y la política de la sociedad colombiana. Esta convergencia, expuso que los traductores colombianos han sido en su mayoría poetas, lo cual sucitó otras tantas reflexiones y preguntas. ¿Responde esto a criterios puramente estéticos? ¿Qué elementos son considerados a la hora de traducir? ¿Qué tipo de "actualización" hace el traductor al leer e interpretar el poeta traducido?

En el Seminario participaron conocidos traductores colombianos como Álvaro Rodríguez, Nicolas Suescún y Oscar Torres Duque. Cada uno se refirió a su experiencia como traductor y su participación en los círculos literarios que han permitido el desarrollo de esta labor en Colombia. Para Álvaro Rodríguez la presencia de los intelectuales alemanes que regían y frecuentaban la librería Bucholz en Bogotá fue decisiva, pues ayudó a consolidar su interés hacia esta tarea y la de otros tantos que hoy en día continúan participando, bien en el mundo de la literatura o el de la traducción literaria. Nicolás Suescún desarrolló su ponencia a propósito de sus traducciones de Arthur Rimbaud y Oscar Torres habló sobre el abogado y traductor alemán Ernesto Volkening, quien también pertenecía al grupo que frecuentaba la Librería Bucholz y hacía aportes para la revista Eco.

Así mismo, la cuota internacional se completó con dos poetas y traductores norteamericanos, Michael Sisson y Arnold Craig. Sisson es traductor de la fallecida poeta colombiana María Mercedes Carranza, y Craig, quien se desempeñaba como profesor en la Universidad de los Andes mediante una beca Fullbright abordó temas relativos a la teoría sobre la traducción con una ponencia titulada " La vanguardia generativa y la traducción".

Para terminar, el Seminario también dedicó un par de sesiones a la investigación sobre la Historia de la Traducción en Colombia. El equipo de investigación liderado por la profesora Francia Elena Goenaga presentó los resultados de los análisis de las revistas literarias del siglo XX Mito, Eco y Espiral que realizaron los estudiantes Melisa Restrepo, Tatiana Arango, María José Montoya y Gabriel Rojas. Y sobre el siglo XIX, Doris Castellanos presentó su investigación sobre Miguel Antonio Caro como poeta traductor.

Los resultados del Seminario han sido muy satisfactorios, pues la investigación sobre la Historia de la Traducción en Colombia continuará el próximo año 2009 y se publicará una compilación de todas las ponencias del Seminario. Igualmente, la facultad de Artes y Humanidades comienza a construir un conocimiento necesario sobre la historia de la traducción en el país, un tema que debe comenzar a ser importante para recordarnos de qué manera hemos leído y asumido el mundo que viene escrito en otras lenguas.


Programación Seminario

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Traducir en Latin America



Es momento ahora de aclarar que L.A. no hace referencia a Los Angeles... sino a Latinoamérica, por sus siglas en inglés: Latin America. Se trata de pensar en la posibilidad de volver a traducir, o traducir más, o tener derecho a traducir desde Latinoamérica. Hace años que en mi cabeza viene marinándose este tema. Mi formación sucedió en las ciencias sociales, mi vida laboral hasta cierto punto también, pero he tenido encuentros con la traducción lo suficientemente importantes para decidir mover mis velas y navegar en esa dirección, tan múltiple y según la opinión de muchos, imposible.

He preguntado a mis amigos, personas queridas criadas en otras disciplinas; desde la magia de hacer dragones en arcilla, hasta quienes se mueven en el sinuoso mundo de las finanzas, qué opinan sobre la traducción. A todos les gusta leer y leen novelas de autores extranjeros pero pocas veces se han preguntado sobre el texto que leen, es decir, saben que es un autor extranjero, pero no se detienen a pensar sobre el texto original y menos, que aquello que tienen en sus manos es una traducción. Esto es importante, es decir, saber que muy pocas personas del total que masivamente consumen libros -no solo literatura- se dan cuenta de que muy pocos libros están escritos originalmente en su lengua materna dice mucho de muchas cosas. Quizá que importa poco, que los textos son afines a su léxico, o que si no lo son no importa, que no leen con atención, o que leen por leer. Las respuestas a todas estas preguntas se encuentran en lugares diversos.

Con gran curiosidad he buscado apuntes sobre este tema y casi como una epifanía, encontré un artículo en la revista de cultura Ñ que publica el periódico Clarín, de Argentina: "Un ejercicio de lo imposible", escrito por Mauro Libertella.

El artículo señala algunos problemas que los traductores argentinos encuentran al querer trabajar en su profesión en un mercado manejado por grupos transnacionales que pretenden producir y vender libros en todos los lugares de lengua castellana del planeta. Esta situación afecta no solo a los traductores argentinos, sino a todos los traductores de lengua castellana, latinoamericanos y peninsulares, pues se pretende crear un español neutro que como señala libertella y seguramente muchas personas más, es una utopía.

Así surge el problema del español neutro, esa rara utopía que busca unificar el núcleo dur del idioma español y borrar las huellas locales. Desde luego, el del español neutro es un proyecto falso y represivo, y sólo se usa hoy en libros de bajo vuelo estético. La libre expresión de expresiones localistas en las traducciones literarias es buena en la medida en que referencia la realidad de que los castellanos de todo el mundo son dialectos y que ninguno es La Lengua, cuya luz nos iluminaría a todos.

La pregunta es entonces ¿qué hacer? ¿qué hacer para que los traductores argentinos, peruanos, colombianos, mexicanos, nicaragüenses, costaricenses... puedan ejercer su profesión? Sin duda es una cuestión de quien maneja el mercado, pero esta respuesta fácil, si acaso lo es, no puede quedar allí.

De acuerdo con Mauro Libertella, la traducción tremendamente creativa, y esta creatividad bien entendida por los grupos editoriales transnacionales debería ser un valor y no un defecto, pues como bien lo recuerda Libertella, el idioma se reinventa sin descanso.

Hay entonces un tema que relaciona la creatividad con el léxico y el uso de la lengua en cada lugar del planeta. Cuando un grupo de latinoamericanos se reúne -sucede mucho en conferencias o reuniones interamericanas de cualquier índole- la mayor sorpresa resulta ser las diferencias de léxico que existen entre países. Puedo asegurar que lo celebramos, reímos y hasta aprendemos e incorporamos palabras nuevas sin temor. Esos encuentros son tan ricos que a veces provoca sentarse a escribir diccionarios dialectales sin demora. Hay palabras y expresiones tan bellas en cada una de las variaciones dialectales del español que el ejercicio de aprender nuevas palabras es fascinante.

¿Cómo enterarse del modo en que escribe un peruano, un mexicano o un argentino? Sí, leyendo escritores peruanos, mexicanos y argentinos. ¿Pero solamente de esa manera? ¿Una traducción argentina, peruana, colombiana o mexicana es una herejía contra la lengua?

Como señala Libertella:

Quizás el próximo paso necesario, sea el de incorporar al traductor como co-creador a la hora de cobrar los derechos por los libros en los que trabajan En Inglaterra, el Independent Fiction Prize premia una obra escrita en otro idioma y traducida al inglés, y el premio se divide en partes iguales para al autor y el traductor.

La cuestión entonces, es aceptar al traductor y al autor como creadores de una escritura y una reescritura realizadas en condiciones culturales específicas. Sería un gran paso hacia la madurez cultural de los habitantes de este planeta. Y una cuestión de humildad, en la que no hay nadie superior a nadie y en donde definitivamente, tener la razón no es ni la mitad de las cosas.





viernes, 28 de noviembre de 2008

Thank you, fog

Fue justo el año en que pensaba irme muy lejos, 1994. Entre lecturas y ganas de dejar de ver el verde de las montañas sabaneras comencé a pensar en un lugar posible, pero lejos. Leía sobre historia del Arte y entonces entendí que con la pintura los espacios de los sueños podían hacerse realidad gracias a una caja de colores, de pasteles o de óleos. Así me preparé y decidí que podría estudiar Bellas Artes en Italia, vaya empresa. Pero como dice mi papá que decía mi abuelo: "una cosa es lo que dice la mula y otra el que la está enjalmando", mi seriedad y dedicación, llenas de lecturas y de clases de italiano, no convencieron a mis papás para dejarme ir a la conquista del Quattrocento y el Cinquecento. Otra historia tuve que inventarme para volar.

Terminé en la pérfida Albión tomando té y comiendo scones cada tarde invernal. Castillos y jardines entre la niebla, edificios, gente, entre la niebla, y yo entre la niebla, construyeron ese lugar posible que deseaba. La vida a veces se hace inventando historias para no dejar de soñar y unas resultan más convincentes que otras, estudiar inglés parecía una mejor herramienta para la vida que aprender a calcular la medida exacta de trementina para mezclar los colores en una paleta... Y siempre hay tiempo.

Como un preludio, ese mismo año, 1994, escuché el acento escocés de John Hannah en
Four Weddings and a Funeral mientras leía el poema de W.H Auden, Funeral Blues. Busqué ese poema en las librerías pero solo encontré la colección que reunía los últimos poemas de Auden bajo el título de uno de ellos: Thank you, fog editada por Pre-Textos.


Como en el poema, Londres se hizo poco a poco, de manera lenta, un paisaje lleno de niebla, nostalgia y mucho frío. Guardaba en mi mesita de noche
Thank you fog, al lado de otros títulos, una barra de chocolate y una carta con otro poema de Auden que me habían regalado coincidencialmente: Precious Five, una invitación a gozar de los sentidos, la vista, el tacto, el olfato, el gusto y el oído.

Creo ahora que los dos poemas son una invitación a continuar a pesar de la niebla y el frío. Ahora llueve mucho en Bogotá y cuando deja de llover se levanta la niebla y todo el verde se vuelve lejano, inmenso.

Thank you, fog

Grown used to New York weather,
all to familiar with smog,
You, Her unsullied Sister,
I'd quite forgotten and what
You bring to British winters:
now native Knowledge returns.

Sworn foe to festination,
daunter of drivers and planes,
volants, of course, will curse You,
but how delighted I am
That You've been lured to visit
Wiltshire's witching countryside
for a whole week at christmas,
that no one can scurry where
my cosmos is contracted
to an ancient manor-house
and four Selves, joined in friendship,
Jimmy, Tania, Sonia, Me.

Outdoors a shapeless silence,
for even those birds whose blood
is brisk enough to bid them
abide here all the year round,
like the merle and the mavis,
and your cajoling refrain
their jocund intersections,
no cock considers a scream,
vaguely visible, tree tops
rustle not but stay there, so
efficiently considering
your damp to definite drops.

Indoors specific spaces,
cosy, accomodate to
remminiscence and reading,
crosswords, affinities, fun:
refected by a sapid
supper and regaled by wine,
we sit in a glad circle,
each unaware of our own
nose but alert to the others,
making the most of it, for
how soon we must re-enter,
when lenient days are done,
the world of work and money;
and minding our p's and q's.

Gracias, niebla

Acostumbrado al clima de Nueva York,
tan familiarizado con su contaminada niebla,
a ti, su inmaculada hermana,
te tenía olvidada por completo,
a ti y a cuanto aportas
al invierno británico.
Ahora esta impresión nativa vuelve a mí.

Enemiga implacable de la prisa,
amedrentadora de conductores y de aviones,
todo lo veloz, desde luego te maldecirá,
pero cuánto me agrada
que hayas sido persuadida a visitar
el hechizado campo de Wiltshire
a lo largo de toda una semana
en estas Navidades,
evitando que a alguno le diese por venir
aquí a donde mi mundo se reduce
a esta vieja casa solariega
en la que gozamos de la amistad de nosotros cuatro:
Jimmy, Tania, Sonia y Yo.

Afuera, un vacío silencio,
porque incluso esos pájaros,
como el malvís y el mirlo,
a los que la sangre vigorosa les permite
vivir aquí durante el año,
ante sus zalamerías refrenan
su piar alegre.
No hay un gallo que cante.
Las copas de los árboles, vagamente visibles,
no crujen, pero ahí están,
tan eficientemente condensando
tu humedad en la precisión de unas gotas.

Dentro, tenemos los espacios apropiados,
confortables, propicios
al recuerdo y la lectura,
los crucigramas, las complicidades, la diversión.
Ante una sabrosa cena
festejada con vino,
nos sentamos en alegre círculo,
cada cual despreocupado de sí mismo
pero atento a los demás,
apurando el instante, pues qué pronto
tendremos que volver,
cuando los dulces días estén cumplidos,
al mundo del trabajo y del dinero,
preocupados por esto o por lo otro.

Traducción de Silvia Barbero Marchena
Gracias, niebla (poemas últimos)
Editorial Pre-Textos, 1996.

W.H Auden. Editorial Pre-Textos, 1996.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

un viaje y otro encuentro (1)


Mientras estaba en la universidad estudiando Antropología en Bogotá, tuve la posibilidad de hacer un semestre de intercambio con la Universidad de Copenague en Dinamarca. Entre los ires y venires en bicicleta con la nieve cayendo sobre la espalda y los dedos helados, pensaba largo acerca de lo que después de cuatro meses había vivido en esa ciudad. Pensaba en la antropología, en las distancias, en las lenguas, vivía en castellano, tomaba clase en inglés y me aventuraba en los terrenos del danés cuando el cansancio de la bici me lo permitía. Las clases de danés eran en la tarde, cuando el hambre y la oscuridad hacían que el cuerpo se sintiera más pequeño y la atención más frágil. Imposible.

Aprendí a pedir un café, pero solo me atreví a pronunciarlo en una terraza una tarde soleada de verano; habrá sido el aire caliente o los colores de los árboles quienes me inspiraron y de paso me quitaron la pena. Pero poca cosa más. En cambio, mi cabeza estaba llena de preguntas. Unos días atrás había terminado un artículo para la revista de Antropología de la Universidad,
Den Vilde Tanke el tema era la traducción de los artículos que venían de Latinoamérica, o mejor, la no-traducción de esos artículos. Me preocupaba que el pensamiento que se producía en las universidades latinoamericanas no circulara en las academias europeas, mi angustia no era producto de una pelea anti-eurocentrista, como lo creyó un profesor, sino una reflexión acerca de lo que mis compañeros daneses pensaban de mí; una colombiana en una cátedra de antropología era lo más raro que habían visto, se suponía que ellos viajaban hacia lo exótico, no que lo exótico viajaba hacia ellos. Pero sucedió que leyendo el artículo no traducido, ni al danés ni al inglés, me di cuenta de que el tema era interesante pero era ininteligible para alguien que estuviera lejos de la academia, es decir, el ciudadano de a pie. El problema de la traducción en este caso no tenía que ver con la traducción de una lengua a otra, sino de un lenguaje a otro. En la academia se escribe para la academia, y eso me parecía y me parece un despropósito.

El artículo no está publicado en Internet, en ese entonces, 1999, no sucedían esas cosas. Apenas comenzaba a utilizar el correo electrónico y dejaba a regañadientes la buena costumbre de escribir cartas. Así que voy a reproducir algunos apartes del artículo... mera nostalgia de ese viaje y ese encuentro con la traducción, desde otro vértice.



Translation, an exercise of trespassing boundaries. Den Vilde Tanke, julio 1999.

It is said that it's better to avoid great expectations, as it is easier to discover and be surprised or dissapointed. This article will express a bit of reflection about both, discovery and surprise, and perhaps, about a bit of dissapointment as well. I have seen this magazine announced on the boards, pilled in boxes and read in coffee breaks. After four months lived with some degree of tranquility, anxiety, understanding and unanswered questions, I decided to put my thoughts on paper. My attempt is to share them, and magazines exist for that cause.

Discovery and surprise came when on looking for information about Latin America I found an article that I had already read in Colombia. It was included in one of the journals of Latin American Studies, easily accesible in the library of this University. It surprised me that the article was the same. I write the word in bold because I didn't expect the article to be in spanish. I was pleased at the beggining, reading something in my mother tongue was a relief for the unavoidable homesickness. But after a while it turned out to be something else.

I needed to quote the article in class, and also in one of the essays I was required to write. But to quote it in Spanish was a nonsense, I translated what I needed, but the whole article was worth being quoted or recommended as further reading. I realized that the article would possibly never be read. Then, no one would get to know that Latin America was not only the indigenous land of species and human beings on the verge of extinction in need of being recorded on films and neverending monographs.

No one would understand that there is something beyond the postmodern statement of culture and nation produced by the european academia. A vast panorama of complex processes of all kinds (social, political, economical) required hours of accurate observation that would challenge even the most experimental attempts of etnhographic writing.

One of the major critiques that professors in my faculty make of students is that we do not write at all. This is sadly true. We do not write. The problem acquires greater dimension when someone does write an article and it is kept in spanish within a journal of worldwide academic distribution. When knowledge needs to be transported beyond geographical boundaries, it needs to be trasformed, metamorphosed into a language that assures other readers.

It is well known what kind of problems have caused the inbreeding in certain species: deformities. The same could be applied in terms of communication. When knowledge is kept within a group, when it is feared to trespass boundaries, communication becomes a hearsay truth and a raw material to produce knowledge.

Continuará...